En algún momento de la vida de su comercio seguramente tuvo o tendrá que responder ésta pregunta y estoy seguro que no es un tema fácil.

Lo primero que se me pasa por la cabeza es que en principio nos cuesta poder entender que aunque trabajemos menos tiempo podemos ser más productivos. Hablo de cambiar actividad por productividad, de pensar que no necesariamente más horas de trabajo redunden en un mejor trabajo.

Creo que el tema lo deberíamos ver desde distintas ópticas:

Un negocio diseñado para nuestros clientes:

Si realmente es así, deberíamos fijar los horarios de nuestros comercios en relación a las conveniencias de nuestros clientes, es decir, si mis clientes mayoritariamente son consumidores finales, posiblemente sea necesario abrir los sábados por la tarde, y si en cambio mis clientes están vinculados con la obra, por ejemplo, apreciaran que abra más temprano en la semana y no tanto el que abra el sábado por la tarde.

La competencia:

Observar que hace la competencia está bien, seguir por seguir sin saber que tipo de evaluación están haciendo, o que es lo que los motiva a realizar una acción no es correcto bajo ningún punto de vista, en los días y horarios de atención de nuestro negocio tampoco.

Costos y beneficios:

Claramente podríamos cuantificar cuales son los costos, sin embargo una buena evaluación no estaría completa si no evalúo los beneficios entre los que creo se encuentran el descanso necesario para encarar la semana siguiente.

Y por último, su calidad de vida:

Sin ninguna intención de decirle que debe hacer, ni nada que se le parezca, me permito decirle que el descanso, donde encontrar un tiempo para la familia y el esparcimiento es tan o más importante que la actividad comercial, y que si su calidad de vida dentro del negocio es buena, seguramente podrá estar en él por mucho tiempo, si no es así, en un par de años estará pensando a quién pasarle las llaves.

Alejandro Bogado

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