Todas las semanas visito diferentes comercios, algunos por trabajo y otros simplemente como un comprador, y veo claramente que hay dos tipologías bien marcadas. Por un lado se encuentran los comercios con propuestas de todo tipo, con ofertas especiales, con vidrieras renovadas y bien iluminadas, con distintos instrumentos de pago, en definitiva “comercios vivos” donde elijo ir a comprar porque siento que me están esperando, o que por lo menos estuvieron pensando en ideas que me resultaran interesantes, comercios que claramente buscan diferenciarse de su competencia. En cambio hay otros en que el deterioro y la falta de interés es evidente, la vidriera y la exhibición no sólo están olvidadas hace tiempo, además están incompletas y descuidadas, no hay promociones ni ofertas, inclusive hay carteles, pero de lo que no se acepta, de lo que está prohibido… cuando estoy allí es como si escuchara una voz que dijera “si tenés muchas ganas de comprar hacelo, sino nosotros no vamos a cambiar en nada, es un problema tuyo, no nuestro”. Puede ser que su comercio, por distintas circunstancias, no sea el que tiene ganas de que sea, puede ser también que piense que sus clientes lo eligen por otros atributos, pero también puede tener la oportunidad de dar el primer paso hacia ese proyecto de comercio que tiene cajoneado hace tiempo. Los compradores nos dan claros mensajes de que constantemente están eligiendo entre nosotros y nuestras competencias, y absolutamente todos los días debemos ser mejores para que nos sigan eligiendo. Ya no alcanza sólo con ser honestos, sólo con haber tenido un pasado glorioso, ni siquiera con sólo con tener un buen precio…Tenemos la oportunidad de que nosotros, y las propuestas de nuestro comercio, den sobradas respuestas de por qué van a elegirnos mañana, caso contrario, nuestros clientes simplemente no lo van a hacer.Alejandro R. Bogado