Días pasados reflexionando sobre la evaluación de los números del mes que habíamos cerrado, comprobé una vez más que claramente la productividad le había ganado a la actividad.La actividad sumaba horas de comercio abierto como si hubiera una relación directa entre el tiempo que la persiana estaba levantada y lo facturado.En cambio la productividad sumaba las horas necesarias produciendo en ellas lo mejor, entendiendo como elemental la buena planificación, el control, el orden y el entrenamiento necesario para que ese tiempo sea fructífero.Claro que ante la propuesta de cambiar actividad por productividad hubo un análisis y una apuesta.Un análisis de cuál era la productividad actual en general, en relación de las horas y días que estaba abierto el local, y por supuesto en profundidad, de cuales eran “los números” de los días y horarios que proponíamos recortar, o mejor dicho, adecuar a favor de un horario más lógico.Por supuesto que con ello no dejamos de cuantificar los beneficios de que el equipo de trabajo, incluido nosotros, pudiera descansar lo suficiente para encarar con las energías necesaria la próxima jornada, en vez de empezar y terminar la semana con un desgaste físico y emocional que no nos permitiera dar lo mejor cuando la actividad requiriera que diéramos lo mejor.Allí entonces apareció la apuesta, como tantas veces cuando gana la racionalidad de ver o saber que los beneficios podrían ser mayor que los costos…y por suerte, o mejor dicho como consecuencia de una determinación correctamente tomada, inclusive con el recorte horario necesario, facturamos más que cuando teníamos un horario más extendido .No tenga dudas, en nuestros comercios no necesitamos más actividad, necesitamos más productividad!!!Alejandro R. Bogado