Termino el tiempo en el que no era tan importante vender, porque nos compraban.En el que no era necesaria tanta gestión en la cobranza, porque igual nos pagaban.Un tiempo donde comprar de más no era un problema grave, porque igualmente la demanda creciente lo solucionaba todo.Donde el orden sería un tema a dedicarse en el futuro, cuando tuviéramos más tiempo.Y donde además, tantas tareas, algunas con cierta razón, quedaban postergadas por la urgencia que demandaban una coyuntura que invitaba a concentrase en “entregar lo que nos pedían”.Lo cierto es, aunque tengamos orgullosos algunos números positivos, que se terminó ese tiempo, como tantas otras veces y sin dramatizar, la demanda ya no es la que era y, como consecuencia, llega el tiempo de reorganizarnos.Si me pregunta si es grave, le diría que lo grave es no darse cuenta, es no entender que necesitamos hacer las cosas de otra manera, ajustando todas y cada una de las actividades que desarrolla nuestro equipo de trabajo. Sirviendo de eje en cada una de las directivas que acompañen un cambio a tono con la realidad económica que nos toca enfrentar, irradiando con una mirada optimista cada directiva que demos a nuestros empleados, como también cada acción que pensemos para nuestros clientes.Alejandro R. Bogado