Si ya está cansado de pedir que la empresa esté ordenada, le pido en nombre de su rentabilidad, que no baje sus brazos, es más, le pido que redoble el esfuerzo, pero no hablando más fuerte o gritando, comunicándolo de una manera distinta, a aquella con la que no consiguió un resultado esperado.La experiencia me hace reflexionar acerca de dos preguntas centrales:¿Por qué la gente que trabaja conmigo no colabora con el orden?Creo las respuestas pueden ser muchas, sin embargo, personalmente observo que muchas veces decimos las cosas de una misma manera aunque no tengamos buenos resultados, además de no saber a ciencia cierta de que pasará si no cumplen con el pedido... Y si realmente lo consideramos importante, ¿por qué no lo decimos en un lugar apropiado, donde podamos exponer los beneficios reales para todos, donde fundamentalmente exponer que entendemos nosotros por orden?.La primera conclusión podría ser:La gente no colabora con el orden porque no percibe cuales son los beneficios¿Cómo conseguir el orden?Si todo el personal entendió, porque realmente fuimos claros, cuales son los beneficios que trae el orden, seguiría sin dudar en traducir en actividades concretas y con responsables a cargo, que es lo que tenemos que hacer para conseguir el orden, por supuesto sin antes haber consensuado que es lo que entendemos por “orden”.La segunda conclusión podría ser:Debemos definir claramente quienes y que actividades nos llevarán a conseguir una “empresa ordenada”.No lo dude, por el bien de su empresa no deje de pasar más tiempo sin dedicarle el tiempo necesario para transmitirle a su gente, por ejemplo, cuánto tiempo se pierde cuando estamos atendiendo y no encontramos un producto, cuando no hay lapiceras a mano, cuando no encontramos la calculadora, cuando las listas de precio no están en su lugar, etc., y que cosas vamos a hacer para que ya no vuelva a pasar.Alejandro Bogado