Para empezar estoy convencido que podemos otorgar un crédito similar al que nos otorgan nuestros proveedores en pesos y días, teniendo en cuenta una merma, básicamente en plazo, producto de tener que afrontar una serie innumerable de gastos con pago muy cercano al contado.Si pensamos en otorgar un crédito mayor entonces deberíamos financiarlo con un capital distinto, ya sea propio o de terceros, al que también deberíamos dimensionarlo en costos para poder otorgarlo acertadamente.Y si a esto no lo tenemos en cuenta y le agregamos un otorgamiento de crédito “a la ligera” obtendremos, sin lugar a dudas un resultado nefasto al que bajo ningún punto de vista queremos llevar a nuestro comercio.Aclarado el tema de cuál es el crédito que tenemos para otorgar, debemos empezar a tratar con la seriedad del caso “a quien se lo otorgamos”, y aquí quiero detenerme.Definitivamente no le podemos echar la culpa a los clientes sobre el crédito que tomaron, más bien podríamos decir que el crédito que tomaron, es el que dejamos que tomaran.Creo también que no podemos repetir el error de otorgarle un crédito a un desconocido que un par de veces pago con cheques y no tuvo problemas. Al respecto me pregunto ¿Qué garantía es eso?Ya no podemos otorgar un crédito sin haber tomado los recaudos de abrir una cuenta con sus correspondientes referencias y de ser claros en relación a cuál será el tratamiento de su crédito, ya sea de pago con cheques o cuentas corriente, en relación a plazos y montos.Y si no podemos, o el cliente no es confiable, simplemente, y a favor de no forzar una situación que sabemos en un futuro problemática, lo más conveniente es decir simplemente NO.Alejandro R. Bogado