Por supuesto que todos tenemos problemas, chicos, grandes, trascendentes, intrascendentes, pero ¿porque hacerlo sentir a nuestros clientes???No hay que olvidar que si provoco en ellos un efecto contagioso habrá seguramente un clima poco propenso para la venta, habrá mas bien pocos productos de que hablar, habrá poco por vender, habrá poco por recomendar.Creo, sin entrar en definiciones científicas, que contar un problema a quien no lo puede resolver, puede generar angustia, solidaridad, apoyo... todo menos ventas!!!Es más le diría que creo que la gran mayoría estamos en la búsqueda de momentos placenteros que nos ayuden lidiar con nuestros problemas. No buscamos lugares donde se multipliquen. Le propongo que hagamos lo contrario, que hoy nos reunamos con nuestro equipo de trabajo y que le planteemos, que en vez de problemas, contagiemos optimismo, ese que hace encara los proyectos con más ahínco, ese que nos permite pensar en futuro y concretar proyectos, ese que es el motor de nuestras vidas. Ese optimismo que, en definitiva, aliente a nuestros clientes a, planificar una nueva obra, comprar una nueva herramienta, renovar su baño, hacer ese arreglo postergado en casa o simplemente hacer esa compra que les de la satisfacción de que el esfuerzo valió la pena para concretar esa mejora en su hogar. Alejandro R. Bogado.