Que tengamos un encargado apegado a las consignas es realmente una buena noticia para toda la organización.Sin embargo, debemos ser cuidadosos de que no suceda ningún tipo de “sobreactuación”.Hablando sin pelos en la lengua, es importante que se hagan respetar las pautas de trabajo, los horarios, el orden, etc.; pero ojo, sin que esto signifique que se digan las cosas de malas maneras o con malos modos, sin ningún tipo de amenazas o cualquier cosa que se le parezca.El trabajo del encargado es hacer que se cumplan con las consignas, pero no a cualquier costo, ya que las practicas equivocadas pueden cobrar la continuidad de algún buen empleado (como si fuera fácil conseguir gente competente y capacitada…) o la erosión de un buen clima de trabajo necesario para promover los esfuerzos extras para enfrentar las exigencias diarias.Si a la gente que trabaja con nosotros los consideramos clientes internos, creo que tenemos que encontrar la manera de que puedan expresarse cuando no reciban el trato que corresponde.Claro que podemos solucionar este tema como otros tantos, con un buen dialogo, en el lugar y el tono apropiado.Alejandro R. Bogado