El inconveniente de tener productos faltantes en un comercio, al igual que tener un excesivo stock para combatirlo, muestra a las claras una metodología de compra que no cumple con el tipo de servicio que queremos brindarle a nuestros clientes. Claro que esto no depende de la envergadura de la empresa, por eso podríamos hablar de un comercio chico que compra profesionalmente como de una gran empresa que maneja las compras de manera informal o poco prolija.Y si alguien piensa que la formalidad es contraria a la agilidad, le diría que no sólo no es así, sino que la mayoría de veces la falsa “agilidad” está ligada con la falta de control.Repasando alguna experiencia reciente diría que, si poseemos aunque sea “la sensación de que constantemente tenemos faltantes”, es hora de repensar nuestro sistema de compras.Para ayudarlo con ésta reflexión lo invitaría a que juntos nos hagamos éstas preguntas¿Con cuántos proveedores trabaja en la actualidad?Si supongo que la respuesta fuera 100 proveedores, le haría la siguiente pregunta¿Cada cuánto les hace un pedido?Si sigo en mi plan de suponer, y pensando en un stock ideal de 30 días, estimo una compra quincenal, es decir 2 compras al mes.Y para terminar le preguntaría si con su sistema actual de compras, que con mucha dedicación y un gran esfuerzo lleva adelante¿Podría confeccionar profesionalmente 10 pedidos por día?Más allá de sus respuestas, todos sabemos lo importante y lo difícil que resulta solucionar el tema de los faltantes, y nunca debemos olvidar que, como sabemos, para nuestros clientes es más importante un pedido completo (en tiempo y forma) que un mejor precio con faltantes.Alejandro Bogado