¿Cómo decidimos…, que cantidad compramos???Sin importar el tamaño del comercio, sin importar el programa que utilice para llevar adelante la administración, sin importar si se trata de un comercio de muchos o pocos años en el mercado, no puedo salir de mi asombro cuando escucho “…anótame 100 de éstos o aquellos…” sin más análisis que saberse experimentado en el “arte de que no falte”.Si repasáramos un poco más en profundidad la frase “…anótame 100 de éstos…”, sin dudar, podemos llegar juntos a las siguientes conclusiones:Si el vendedor toma nota del pedido, y yo no tengo una copia de ese pedido (esto puede darse personal o telefónicamente) difícilmente pueda controlar si lo entregado es lo que pedí. Es decir que obviando malas intenciones, puedo recibir contento una mercadería que no necesito o una cantidad insuficiente de la mercadería que pedí. Y ahí sí, si no está haciendo un curso de mentalismo, le pido que tenga un seguimiento de las entregas pendientes.Y aquí dando un poco respuesta a la pregunta inicial, me resulta sorprendentemente extraño todos los pedidos que dan como resultado un número tan “redondo” cuando “ese número” debería ser producto de la diferencia entre stock ideal (la cantidad que elegí tener de un producto), el stock real (cuantas unidades tengo de ese producto) y además, como si fuera poco, debería contemplar una proyección de venta o al menos una venta especial…Sin duda, estoy hablando de que “…anótame 100 de éstos…”, tienen más que ver con una práctica de otros tiempos, donde el espacio para almacenar mercadería tenía un precio bajo, donde en algunos casos estábamos formando nuestro stock, y donde palabras más o menos, alcanzaba con dimensionar nuestros pedidos a “ojos vista”.Por eso, creo que debemos encaminar nuestras compras profesionalmente hacia un modelo que nos de cómo resultado, que no falte mercadería, pero que tampoco tengamos más mercadería de la que tenemos que tener para que nuestros comercios sigan siendo rentables.Alejandro Bogado.