Con sólo hablar unos instantes, se percibe claramente que Eduardo Ferlise (59) tiene ese don natural de la seducción y de generar confianza. Dos elementos que a lo largo de su prolija y prestigiosa trayectoria comercial, Eduardo supo cultivar y preservar muy severamente. “Siempre digo en broma, no, que de algún modo fui un precursor del marketing”, confía Eduardo y rápidamente aclara que cuando hace 38 años comenzaba con su negocio, “lo primero que hacía después de vender era reponer la escasa mercadería que tenía en el negocio, pero para venderla muchas veces relegaba ganar, no perdía, pero no ganaba nada, lo importante era conquistar al cliente”. Y por lo visto y desarrollado por Viejo Bueno Sanitarios, Viejo Bueno esquina 9 de Julio, Bernal, la realidad le dio la razón. Tanto que aún conserva a muchos de aquellos que creyeron en él.

De la grata charla mantenida con Comercio Sanitario.com., Eduardo recuerda esos comienzos de muchos esfuerzos y de poca dispersión. Comienzos que, junto a su hermano Carlos, fueron forjando y delineando una empresa que hoy cobija a poco más de 35 empleados. En el medio de tantos recuerdos no soslaya ni deja de mencionar con la emoción del caso, el aporte que le hiciera su padre. “Me acuerdo que el viejo nos dijo, miren chicos, plata no tengo, pero los puedo ayudar con un crédito (más bien nos regaló el dinero), para que inviertan en el negocio. Eso nos marcó y nos comprometió en el trabajo”. Ese impulso, sumado al “marketing directo” implementado por los Ferlise y la habilidad laboral de ver las cosas antes de que sucedan, y un entorno comercial favorable, eyectaron seguramente a Viejo Bueno Sanitarios al camino de los buenos resultados. Lo que era su antigua casa, hoy es parte del salón de ventas de cerámicos. Además con los años terminaron por comprar varias propiedades de las inmediaciones. Hoy, poco más de 3.000 mts. cubiertos, un amplio y surtido depósito, camiones y camionetas forman la estructura de Viejo Bueno. No por casualidad el logotipo de la empresa simboliza una canilla goteando: la que al final del día llena el balde.

Cuando Comercio Sanitario.com indagó la “formula del éxito”, Eduardo sin dudar dijo: “todo lo que ganamos lo reinvertimos en el negocio, no hay secreto. Al respecto añade que “tal vez lo fundamental es el respeto al cliente que nos hace crecer, no hay que engañarlo, y esto es más importante que el precio, la calidad y el servicio, que sí lo tenemos”. Como política de la empresa, en Viejo Bueno no se venden segundas marcas “Ofrecemos la garantía de fábrica y la de Viejo Bueno”, explica como quien reafirma la seriedad con la que opera.

De la larga charla, temas relacionados al crecimiento comercial junto a la familia, las relaciones con las nuevas tecnologías, los permanentes planes de capacitación para el personal y los destinados a proveedores -tienen un auditorio propio para 40 personas dentro del local- al igual que la relación con clientes y proveedores, fueron enriqueciendo la entrevista.

Eduardo no dejó pasar por alto su visión comercial del año en curso, al cual lo ve como positivo, y destacó que tienen convenios con bancos, lo que les permite facilitar líneas de créditos. Tampoco omitió la dureza comercial del 2001. En cuanto a la competencia con sus colegas, se muestra distante de esas pujas que suelen resultar estériles. Para el empresario, “lo importante es cuidar a los clientes, ahí hay que poner toda la energía”, comentó al finalizar la entrevista. Al respecto y sobre este tema, Viejo Bueno explica que integra lo que en el mercado sanitarista se denomina el Grupo de comerciantes sanitarios argentinos: un pool conformado por los 7 más importantes negocios sanitaristas de Buenos Aires. Cuestión ésta que le permite, entre otras cosas, mejorar a la hora de comprar mercadería.