La Matanza, distrito extenso y de alta densidad poblacional si los hay. 1.500.000 de almas viven en este imponente municipio del gran Buenos Aires. Ahí, en medio de una localidad como Rafael Castillo, más precisamente en C. Casares 96, se ubica Sanitarios “Chiacchiari”. A punto de cumplir los primeros 21 años de vida comercial, Sanitarios “Chiacchiari” y de la mano de Antonino su fundador, ya es parte del quehacer diario de todo instalador de la región.

La historia, el avance comercial sobre una zona altamente competitiva, donde el hacerse un nombre no es sencillo, y con una población que demanda muchos productos de la construcción, incluido obviamente el segmento sanitarista, requiere una alquimia comercial, tal vez distinta a la del resto de los colegas.

En boca de un simpático y activo José Chiacchiari (44) -hijo de Antonino, Nino para los allegados- queda el relato de cómo en estos años fueron forjando y consolidando un negocio que hoy es una esquina referencial -el local está ubicado en ese punto catastral-.

Al igual que la mayoría de los colegas, los Chiacchiari comenzaron con una mano atrás y otra adelante. “Vendíamos algo y enseguida salíamos a reponer el stock” comenta risueñamente José ante las cámaras de Comerciosanitario.com. Sin perder el buen humor, agrega que “acá todo lo hicimos a pulmón, trabajábamos de lunes a lunes”. También detalla que la ventaja que encontraron cuando abrieron el local, fue que “mi viejo era instalador, sabía mucho y eso era un changüí” y a modo de reforzar sus dichos dice: él era de esos que sabían soldar con estaño, que andaban con caños de plomo o hidrobronce. Toda una descripción que refleja de dónde viene la profesionalidad de los Chiacchiari a la hora de optimizar y hacer marketing directo del negocio. Ese valor agregado también le sirvió para ganarse la confianza de los clientes.

Al respecto, José manifiesta que “gracias a ellos tenemos el mejor producto: son ellos. Con la mayoría tenemos un trato amistoso”. En la entrevista tampoco descuida mencionar a los proveedores. El recibir apoyo y capacitación permanente -tanto la que adquieren para el personal de Sanitarios Chiacchiari, como para los instaladores-, les permite estar actualizados y ofrecer el mejor servicio y asesoramiento. “Nosotros -dice- siempre estamos creciendo, no nos quejamos o lamentamos si tal gobierno o medida ayuda o no, le pegamos para adelante”. En Sanitarios “Chiacchiari” “la fórmula del éxito” radica en “el respeto al proveedor y al cliente, no mentirles, serles claros y honestos, explicarles cómo se utiliza cada material y también recomendarles lo mejor”.

A diferencia de otros colegas, ellos basan sus ventas sobre las que realizan en el mostrador. Esto se debe a las propias características de la zona en la que operan, no abundan las edificaciones en altura. “Para nosotros, resulta una zona buenísima y con un potencial bárbaro, aún con la gran competencia que hay”, comenta. Sobre este tema añade que con ellos nos llevamos bien, no competimos, tratamos de integrarnos y mejorar en beneficio del cliente”. No obstante, y como alma inquieta que parece ser, no descuidan que en el corto plazo busquen nuevos horizontes comerciales, que excedan los actuales límites.

Haciendo honor de buen empresario, confía que siempre procura proyectar y analizar las reglas del mercado. No por casualidad, José integra el poderoso grupo Symma. Lo que les da poder de compra y la obtención de inmejorables precios que se trasladan al mostrador.

Detrás de Sanitarios Chiacchiari se mueven “5 empleados de fierro y oro”, como los define José, además de Antonino, por cierto. Vehículos propios, un importante depósito, que garantiza stock permanente y entrega inmediata, impulsan y dan cabida al día a día de Sanitarios Chiacchiari.

Miguel Armaleo.