Entrevista a María Pili, titular de Sanitarios y Ferretería “La curva”
Una tradición comercial con marketing propio
No es la primera vez que la presencia femenina hace gala de habilidades comerciales, lo que de algún modo echa por tierra aquella falsa premisa de que “el sexo débil” pilotea la actividad tibiamente.
No es la primera vez que la presencia femenina hace gala de habilidades comerciales, lo que de algún modo echa por tierra aquella falsa premisa de que “el sexo débil” pilotea la actividad tibiamente. En infinidades de informes que presentamos a través de Comerciosanitario.com, se ha mostrado que cuando la mujer está detrás del mostrador, las vicisitudes y vaivenes comerciales no son -por ejemplo- tan frecuentes. Seguramente la tenacidad y persistencia con la que suelen encarar las actividades, facilita la sustentabilidad comercial.
“Sí, yo noto que hay un prejuicio contra la mujer”, asegura María Pili, quien desde hace poco más de 28 años está al frente de Sanitarios y Ferretería “La Curva” de la calle Juan Manuel de Rosas 3178, Caseros (4750-0503). “Una vez que entramos en confianza, que ven que uno sabe de lo que se está hablando, tanto el cliente como el proveedor, se aflojan, confían”, aclara con una gran sonrisa y una gentileza que hace comprender el porqué de los buenos resultados comerciales. Detrás de La Curva, uno podrá encontrarse, además de los rubros mencionados, con la venta de materiales eléctricos, productos sanitarios, cemento y arena. Mientras las cámaras de Comerciosanitiario.com van buscando posición, María confía que “el que entra a nuestro negocio tiene que llevarse lo que necesita, no puede estar recorriendo negocios”, dejando en claro que tiene muy en la piel uno de los principios básicos del marketing.
La Mujer, como muchas otras de sus colegas, comienza a tutearse con la actividad luego de que su suegro diera un paso al costado. Si bien el marido de María, Julio Desiderioscioli, está en el día a día de “La Curva”, lo cierto es que es ella quien con la colaboración de su hija está detrás del mostrador y su hijo realiza las entregas. “Él - explica en relación a su esposo- anda de un lado para el otro, entregando o buscando mercadería”. En cuanto al tipo de ventas y sobre qué pilares se apoya La Curva, la titular confía que “la mayoría de nuestros clientes nos siguen desde hace años, son gente que llega por referencia o recomendación”. Por las propias características comerciales, La Curva aún no ha montado un sistema de ventas especialmente destinado a atender, por ejemplo, obras o empresas constructoras. “Las tenemos -explica- porque tenemos muchos años en el mercado y como les garantizamos entrega rápida, la gente confía en nosotros”. Como buena mujer, no deja pasar la oportunidad para dar lugar a la capacitación. “Cuando surgen cursos o charlas técnicas allá voy”, dice Pili. Junto a Julio y dos hijos, gana el mercado a través del marketing directo y de ofrecer lo que los grandes híper no suelen brindar: explicaciones personalizadas y profesionalizadas, y un servicio responsable.
Durante la amena charla no faltó el análisis del año que se encuentra al límite de su finalización y tampoco la mirada que tiene depositada para el 2011. “No fue del todo bueno, algunos meses flojos, pero seguimos mirando para adelante”, detalló María para agregar que “me parece que el 2011 podrá venir mejor, por la zona se ven muchas obras”.
Informe: Miguel “Tano” Armaleo