Es bien conocida la utilización de cañería de cobre para conducción de gas en instalaciones domiciliarias a nivel mundial. Buenos ejemplos de ello son Canadá, Italia, EEUU, Inglaterra, Chile, Alemania, etc. En nuestro país, su utilización ha estado restringida – en razón de criterios ya caducos – sólo a conexiones externas de no más de 50 cm.

Hoy, luego de años de trabajo e investigación, esa postura seudo-tecnológica ha quedado desechada. Y aquí es bueno hacer algo de historia: allá por 1989, se comenzó con el aporte de muy abundante información técnica sobre normas y casos concretos de instalaciones a nivel internacional, al entonces Gas del Estado. Y junto con ella, cálculos, tipos de tendidos recomendables, formas de montaje, características técnicas, etc. Posteriormente se ha elaborado con el IRAM – junto a GE, FV, GasNEA, Camuzzi, etc – la ampliación de la norma IRAM 2521 que ampara la utilización de cañería HIDRO-BRONZ para instalaciones de conducción de agua, transformándola en la 2650 (I) para cañerías, y la 2650 (II) para accesorios. Finalmente se aprobó la Norma Argentina de Gas (NAG) 209.

Luego de este introito, bien vale destacar algunos aspectos importantes del sistema, tales como:

- Tendido: dónde y cómo llevarlo a cabo. Aquí se plantean tres alternativas: una, intramuros respetando ciertas cotas predeterminadas a fin de precisar su ubicación fácilmente, y evitar cualquier riesgo futuro. Otra, a la vista, que si bien resulta práctica, en ocasiones altera la estética constructiva. Y una tercera, – y válida para cualquier otro tipo de instalación – consistente en alojar la cañería en ductos que permiten su visualización y acceso en forma muy sencilla, evitando alterar muros y revestimientos.

Dada su importancia de este tema, debiera encararse el análisis y discusión cuanto antes, a fin de evitar los frecuentes inconvenientes que se plantean ante eventuales modificaciones.

- Soldadura: este es otro aspecto de gran importancia, la unión de los distintos tramos, mediante accesorios conformados HIDRO-COBRE. De hecho, este tipo de acoples, indicados en la norma, son realizables mediante soldadura fuerte HB-C1 que le otorgan absoluta estanquidad y gran resistencia al conjunto.

- Reemplazo de accesorios: dada la gran maleabilidad de la cañería HIDRO-BRONZ GAS^® – en el caso de material recocido – es posible curvarla y “acomodarla” de acuerdo a la necesidad del tendido, disminuyendo la cantidad de empalmes y mano de obra, y minimizando riesgos.

- Pérdida de carga: este es otro de los “pilares” del sistema. Tal afirmación surge de la muy baja rugosidad superficial interna de nuestra cañería, que permite conducir el fluido sin “tropiezos”, evitando que el caudal de gas circulante no sufra serias caídas de presión.

A partir de ello, en la mayoría de los casos resulta posible disminuir el diámetro de la cañería sin afectar las condiciones de funcionamiento de los artefactos, dando pié esta alternativa, a un tema vital en estos tiempos: bajar costos.

- Resistencia a la corrosión: se trata este de un tema sumamente serio, puesto que cualquier daño, cuyo origen sea el indicado, genera imprevistas y graves consecuencias no deseadas. La elevada resistencia a la corrosión de nuestra cañería, en ambientes húmedos tales como salas de máquinas, impide y evita tal tipo de riesgos.

Como para finalizar este nota, vale destacar que hablar de una instalación realizada en HIDRO-BRONZ GAS^®, es apoyarse en una reconocida frase que resume las virtudes del producto. Me refiero a aquella que expresa “Tranquilidad para toda la vida”, acuñada sobre la base de la trayectoria de un producto respaldado por la tecnología de DECKER S.A. desde mediados de la década de 1930.

No hay producto en el mercado argentino que pueda igualar tamaño mérito.

No lo dude: de ahora en más, ejecute su instalación con HIDRO-BRONZ GAS^® y, olvídese del frío (y los problemas)…!!.