Debo entender que si no la conozco en profundidad o simplemente no la tengo en cuenta, puedo estar incurriendo en el pecado comercial de subestimar a quien comparte mi territorio y mis posibilidades ciertas de ventas.
“¿...Y la competencia, cómo anda?”
En tiempos donde parece que merma el famoso “viento de cola”, es imprescindible pensar que la competencia va a producir acciones comerciales sobre el grupo, potencialmente, más importante de clientes que son los que, como a nosotros, más le interesa.
“¿...Y la competencia, cómo anda?”Debo entender que si no la conozco en profundidad o simplemente no la tengo en cuenta, puedo estar incurriendo en el pecado comercial de subestimar a quien comparte mi territorio y mis posibilidades ciertas de ventas.En tiempos donde parece que merma el famoso “viento de cola”, es imprescindible pensar que la competencia va a producir acciones comerciales sobre el grupo, potencialmente, más importante de clientes que son los que, como a nosotros, más le interesa.Y entonces ¿que esperar para tener a nuestra competencia en cuenta???No hablo de una visión tremendista que nos lleve a sobrestimar, tampoco hablo de una visión ingenua que tiende a subestimar. Hablo claramente de no bajar la guardia, de estar permanentemente en estado de alerta, de hacer observando, de medir, de bien comparar, de superarla y de superarnos…en definitiva, de seguir trabajando con el profesionalismo necesario para no perder una batalla que se libra en la mente y en el corazón de un comprador que quiere “lo mejor “y no tiene por qué conformarse con menos.Un comprador que si sabe quién es mi competidor, y que si no le doy lo que espera… lo buscará exactamente ahí.Alejandro R. Bogado